Escuchar, acompañar, reír y llorar, así es el voluntariado de San Juan de Dios, que llega donde los recursos, que son limitados, no pueden llegar. “Somos responsables como sociedad de aportar nuestro granito de arena para que todas las personas tengan el apoyo que merecen«, Fátima Fernández, voluntaria en el Colegio de Educación Especial del Hospital Universitario San Rafael de Madrid.
Son dos de los testimonios que generosamente quieren compartir con vosotras y vosotros dos de nuestras voluntarias.
Con tan solo 18 años, Fátima Fernández, ya lleva más de 1 año siendo voluntaria en el Colegio de Educación Especial del Hospital Universitario San Rafael de Madrid. «Se aprende constantemente algo nuevo de las personas que estudian y trabajan allí, es un lugar donde se siente el cariño y la alegría nada más entrar por la puerta. Cuando la única intención es aportar, las actividades son mucho más satisfactorias, porque la voluntad de hacerlas nace de ti”.
Carmen Catalina, 6 años siendo voluntaria del Hospital Fundación San José en Madrid, nos cuenta su experiencia con un hombre al que acompañó durante varios meses en el Hospital tras arrojarse por una ventana. “No podía comer solo, tenía una familia encantadora pero no podían venir a diario. Le acompañé, me reía con él, le daba de comer…etc. Sufrió dos ingresos más en su hospital de referencia”. Durante un tiempo no supo nada de él hasta que “su hermano me llamó para pedirme que le visitara porque estaba muy enfermo. Falleció a los cuatro días”. Carmen le compró un ramo de rosas rojas con la inscripción “siempre te seguiré cuidando”. “Tras el funeral, su hermano me escribió para decirme que una de mis rosas descansa junto a él para seguir acompañándole”.
Ser voluntario de San Juan de Dios es una actitud frente a la vida, una opción de libre elección, una visión de responsabilidad social cuyo objetivo es ayudar a los demás a través de la generosidad, la empatía y la solidaridad.
El voluntariado es un eje fundamental de la sociedad que vivimos y que debe convertirse en una actitud y una sensibilidad ante la desigualdad que viven las personas en situación de vulnerabilidad.
El voluntariado de San Juan de Dios es una energía solidaria protagonizada por las personas que colaboran con su tiempo en favor de quien más lo necesita. Gracias a la Solidaridad de San Juan de Dios apoyamos miles de personas vulnerables dentro y fuera de nuestras fronteras. Entre otras acciones, cuidamos a los enfermos en sus momentos más difíciles, ofreciendo alimentos y hogar a las personas que no lo tienen o protegiendo y acompañando a mayores, personas con discapacidad, personas con adicciones y personas con problemas de salud mental.